domingo, 4 de marzo de 2018

SOBRE LOS CUERPOS AJENOS (ORURO, LA VIRGEN DEL SOCAVON Y RILDA PACO)


Rosaria, Mother of Rebirth - Dark Souls 3

Sobre los cuerpos ajenos nos hemos manifestado hasta el hartazgo en redes sociales y círculos de opinión. La obligación de cuidarlo o el derecho a disponer de él es un tema que siempre remueve emociones encendidas en la gente. Pero ahora me quiero referir a un cuerpo ajeno que es defendido como propio por los amigos de la ciudad de Oruro. El de la virgen del Socavón y la pintura de Rilda Paco.



Ante la obra de la señorita Paco algunos fieles (no todos) y autoridades públicas (con lamentable actuación), en lugar de manifestarse con madurez y seriedad, sólo dejaron mal parada a la ciudad del Pagador y a sus habitantes (que en general son buenísimas personas) con amenazas de juicios y actos de desagravio. Fueron secundados por ciudadanos orureños que emplearon algunas de las peores muestras de ortografía y redacción para amenazar a la autora, a su obra, a la UMSA (escapa a mi limitado entender el por qué, pero así fue) y a cualquiera que se levantara para defender la libertad de expresión. No se midieron a momento de amenazar con insultos, matanzas y violaciones a la pintora. Lo leyó bien querido lector: amenazas públicas de violar a una mujer.

Este punto es el que me llamó la atención. Hemos demostrado lo corta que es nuestra mecha cuando nos enfrentamos al otro. Una sulfúrica respuesta es la que han lanzado los arriba mencionados cuando fueron criticados sobre los verdaderos motivos de su fe (que comulga sin conflicto con el desenfreno y la farra, ambas hijas de dios). Sazonados los males con la clásica capucha de anonimato que da el hacer las cosas en defensa de “el pueblo orureño”, “la patrona del Socavón”, “la iglesia católica”, “la fe popular”, etc. Ni a los agentes del orden ni la ciudadanía se les ha movido una pestaña al leer las amenazas a las que fue sometida Rilda Paco, más allá de darle la cobertura noticiosa de rigor. Tristemente, sólo perdurará el deplorable ejemplo sobre cómo no debe reaccionar la sociedad ante una afrenta, ajena de paso.

Hechos los daños, ofrecida la disculpa (la de Rilda Paco, sus detractores siguen amparados bajo el manto del chusmerio), parece que los defensores de la fe no pretenden ceder un paso. Bueno será. Como dije en otro espacio, lo que nos muestra el espejo es lo que nos aterra. No deberíamos quejarnos del que nos lo puso en frente. Ahora, si existiese una Virgen del Socavón (tema metafísico cuya respuesta desconozco), seguro estoy que ella debe sentirse como la menos agraviada. Al fin y al cabo, el catolicismo es la religión del perdón y de dar la otra mejilla. Spero futurum ut.

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